El misterio esaba allí, en aquella casa color pared, el televisor cerca de la puerta y ningún letrero. Era una casa con una cama compartida, con el chico de mi vida y con el fantasma de la virginidad. Tenía tu pedacito de cielo, cuatro besos, medio kilo de amor, dos abrazos y un litro de sudor. No te pongas nerviosa me dijo. En la escuela me hablaban de Colon y de las tablas de multiplicación pero no mencionaron como es que se hace el amor.
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